martes, 29 de marzo de 2011

Querido Capitalismo:

Retroceso bajo el nombre del desarrollo... curioso, ¿verdad?
En la Antigüedad pagaban a filósofos por investigar, por escribir, por crear arte, por pensar; y ahora debemos pagar por cada palabra que se nos dice, ni siquiera nos enseñan a pensar sino lo que otros han pensado. Pagar por libros, por entrar a la universidad, por disfrutar de un cuadro... para no llegar a ser una persona, tan sólo una simple máquina programada para producir (más por menos) para la sociedad.
Gracias, Capitalismo, por sustituir una mente rebosante de ideas por bolsillos atestados de papeles que, desgraciadamente, no son poemas. Los segundos los pueden robar, o perderlos, apostarlos en una noche al rojo u olvidarlos en un bar. Pero los primeros nunca los podrán arrebatar ni se pueden perder; son lo que uno es realmente.
Una verdadera pena que se valore más lo físico como riqueza que lo que vive tras la piel.


Flaca Beltenebra.

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