domingo, 29 de mayo de 2011

Indignaos.

Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es un valor precioso. Cuando algo te indigna como a mí me indignó el nazismo, te conviertes en alguien militante, fuerte y comprometido. Pasa a formar parte de esa corriente de la historia, y la gran corriente debe seguir gracias a cada uno. Esa corriente tiende hacia mayor justicia, mayor libertad, pero no hacia esa libertad incontrolada del zorro en el gallinero. Esos derechos, cuyo programa recoge, la Declaración Universal de 1984, son universales. Si os encontráis con alguien que no se beneficia de ellos, compadecedlo y ayudadlo a conquistarlos.


Stéphane Hessel.

sábado, 28 de mayo de 2011

El eco de nuestra propia voz.

Que no me ates
No intentes arrastrarme entre mares de mierda y olas de carbón
Que no puedes conmigo
Ni conmigo ni con nadie
Por más que juegues con malabares de la vida no conseguirás cambiar jamás
Ni tu ni nadie
Porque cambiar cambiaremos nosotros
Por nosotros
Para nosotros
Porque eso es lo que merece la pena
Mirar hacia delante y darnos cuenta de que mereció la pena
Y salir a la calle
Y gritar
Y gritaros en la cara que no valéis la pena
Que no sois nada
Y si lo sois aún queda por descubrir
Suerte que nosotros hablamos desde dentro
Y no con caretas falsas que solo buscan aparentar
Y, ¿para qué?
Para nada
Porque eso es lo que conseguís
Nada
¿Y mañana?
¡Menos aún!


Lic.

martes, 24 de mayo de 2011

El fuego que produces es inhumano,
y devastador.
Mis entrañas carbonizadas,
tengo el mundo entero en mis manos.
Y mientras me piensas
sentado en la playa del desaliento,
más desquiciado que un sol
violado y abandonado.
El amor,
la ilusión del fuego terrenal sobre aguas
movedizas,
nunca te rindas,
provoquemos una reacción literaria con
caricias.
Absoluta fluorescencia... ya lo tenemos.


Amour Psyche.

sábado, 21 de mayo de 2011

Por morder TUS labios

De pronto, estabas aquí. Delante de mí. Quieta, con un rostro serio y con tus pequeños ojos fijos en los míos. Me hacías grande sólo con eso. Tu pequeñita nariz casi pegada a la mía. No había tiempo ni espacio más que el que nosotros creáramos. Notaba tu aliento caliente en mi cara. No había ni sol, ni nubes. No había ni viento, ni suelo. Si digo que estábamos tú y yo solos es que estábamos tú y yo solos. No había absolutamente nada más que tú y yo. Tampoco había ropa. Tus ojos conectados con los míos en un fluir de palabras mudas que decían todo aquello que nos habíamos querido decir durante tanto tiempo, y que sin embargo, quedaron selladas en el olvido hasta el momento. Fue entonces cuando comprendí que no tenía nada si no te tenía. Me sonríes levemente. Tu mirada me explicaba que todo había acabado. Que no habría más lágrimas de tristeza. Que no habría más noches sin dormir si no eran estando contigo. Cerramos los ojos y me acerqué a ti. Mis brazos quedaban sellados en tu espalda. Noté cómo tu pelo se apoyaba en mi piel. Tus labios se deslizaron hacia los míos. Pero entonces te desvaneciste, y volvió a haber sol y nubes, viento y suelo, y también ropa. Por morder tus labios entendí que no importa nada de este sucio mundo si no estoy contigo. Sólo si estoy contigo.


K. Marte.

domingo, 15 de mayo de 2011

Óleo de mujer con sombrero

Una mujer se ha perdido
conocer el delirio y el polvo,
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura
debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar,
se ha perdido mi huella en su mar.

Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna
con otra figura
que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló.
Veo más: veo que se perdió.

La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias,
se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.

Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota
y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.

Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo
y yo, que no soy bueno,
me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir.


Silvio Rodríguez.


Infanticidio

Dejad a los niños ser niños,
dejad olvidados en el armario
los vestidos de princesa
y de superhéroe temerario.
No les deis vuestro maquillaje
ni muñecas supermodelo
con terciopelo como cabello
y caras de perro muerto.
No les regaléis uniformes
de tíos mierdas del ejército,
no les inculquéis valores
alejados del respeto.
Enseñadlos a disfrutar
con los pequeños detalles,
a valorar lo que tienen
y a jugar en el parque,
a querer a sus amigos
por encima del dinero,
a no juzgar sin conocer,
a no temer ser viejos.
Apoyadlos en todos sus sueños
por muy locos que sean,
a perseguir sus objetivos
y a luchar por lo que quieran.
Pero sobre todo
no les hagáis más regalo
que un balón, una rayuela
o una muñeca de trapo,
dejadlos en su inocencia
y preservadla hasta el infinito.
En resumen:
DEJAD A LOS NIÑOS SER NIÑOS.


Flaca Beltenebra.

jueves, 12 de mayo de 2011

No es virtud.
No es virtud.
La calle deja de ser
y la luna puede causar nostalgia
si se muestra toda ella;
me deja en evidencia.
Añoraba esto
pues así empecé.
Sin ser nada.
Y sigo siendo nada.
Pero añoraba tanto esto.
Que la calle deje de ser
para ser yo
solo
y que la luna me mire
por encima del hombro
me excita
poéticamente hablando.


A.

miércoles, 11 de mayo de 2011

¿Por qué volvéis?

¿Por qué volvéis?
Cansaos de la ironía
y de los rubores.
De los rumores también,
oh gran pensador.

Maldigo el día en el que
nos inventamos la lluvia,
oh gran luchador.


Jass.

martes, 10 de mayo de 2011

Pasan entre las dos aceras,
en el extremo de ambas fronteras
de la flecha del destino.

Entre la anchura delgada de sus caderas
y te dices a ti mismo que no.

Tu corazón palpita violentamente contra mi oído,
quiere destruir la barrera de tu piel existente
entre él y el mundo.

Y tú mientras haciéndote el sordo.
Y yo sigo temiendo a tu corazón.

Ayer volvimos a ver al mañana de nuestro pasado,
y te dices a ti mismo que no.


Amour Psyche.

lunes, 9 de mayo de 2011

Me dais pena. Pena de que no os diérais cuenta del cambio de "personas" a "gente". Pero más que pena es rabia. Rabia de que os deshumanicéis tirando por el desagüe los valores propios de cada vez más pocos y mandéis a la mierda mi futuro y el de muchos otros por vuestro conformismo, vuestra ceguera autoimpuesta, vuestra nula capacidad para hacer caso a Kant y su atrévete a pensar.
Solidaridad, respeto, tolerancia, libertad... sólo en navidad, con unas rosas en aniversario y una cena en San Valentín. Eso es hipocresía, cinismo y un largo y desalentador etcétera.
Sí, pena, rabia, asco. Asco de que me incluyan en un grupo con unos "ideales" por bandera completamente distintos a los míos, de que no se respete la vida y se coarte la libertad de quienes no piensan como la masa.
¿Dónde queda todo por lo que lucharon tantas generaciones? Disuelto en el aire, como tantos otros recuerdos negados colectivamente.
Rápido, corred a decirle a vuestro dios que una hereje se atreve a pensar por sí misma y arremete contra toda la mierda del mundo (y por el camino pensad en el próximo caprichito bien merecido que os compraréis).

ATREVEOS A PENSAR POR VOSOTROS MISMOS
Y OLVIDAD LO QUE OTROS PENSARON.


Flaca Beltenebra.

domingo, 8 de mayo de 2011

Ya no tienes nombre, rostro, sonrisa ni palabra. Has pasado de fuego a ceniza, de pensamiento latente a recuerdo incandescente. Ya sabes. Eso que dicen de olvidar y cerrar los ojos y abrirlos para ver que no estás. Ya no recordarás su olor. Ni lo verás en los rostros de la gente. Todo eso que suena en las canciones pero que no me creo. Yo no me creo nada. No me creo que no vayas a aparecer por las noches, en las esquinas de mis sueños. Pero te reto a ver quién pasa más noches en vela, degollando segundos hasta que escuezan los ojos de no parpadear. Por si se te ocurre regresar.


enc.

jueves, 5 de mayo de 2011

Quizás te parezca raro pero te extraño.


S.B.

El amor es una patria

"El amor es una palabra
Un pedacito de utopía"
(Mario Benedetti)

El amor es también una patria
de leyes que de tan justas
son inexistentes.
Valientes los que se adentran en sus calles,
en la geografía de su cuerpo
hasta el mar de su boca
con la vía que hicieron las manos,
esa que siempre llega a Roma.
El amor es una patria
y en su bandera un corazón sin coraza,
un poema, una lágrima
un sueño, una utopía.
Yo sigo tus pasos,
Corazón,
y nunca me aburriré de este paisaje,
de libres besos y caricias,
un juego de kamikazes.
No existen señales
Norte, sur, este, oeste
La brújula es donde estás tú,
Corazón,
enséñame tu patria,
esa de la que fui expulsado hace tiempo.


Otto.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Aunque tú no lo sepas

Aunque tú no lo sepas,
me he inventado tu nombre,
me drogué con promesas
y he dormido en los coches.

Aunque tú no lo entiendas,
nunca escribo el remite en el sobre
por no dejar mis huellas.

Aunque tú no lo sepas,
me he acostado a tu espalda,
y mi cama se queja,
fría, cuando te marchas.

He blindado mi puerta
y, al llegar la mañana,
no me di ni cuenta
de que ya nunca estabas.

Aunque tú no lo sepas,
nos decíamos tanto,
con las manos tan llenas,
cada día más flacos.

Inventamos mareas,
tripulábamos barcos,
encendíamos con besos
el mar de tus labios.

Y toda tu escalera.


Quique González.

domingo, 1 de mayo de 2011

Desde Urano hasta Marte
O incluso más, viendo linderos
Conmigo te emplazo a situarte
Hijo de la vid, Dios del veneno.

Desde Urano hasta Marte...

El sol no brilla con su habitual estímulo
La fauna espacial es limitada
Sus rayos se reciben por fascículos.

Desde Urano hasta Marte...

Al hombre no le alcanza la mirada
La flor del pensamiento está marchita
Llueve la roca en cola huracanada

Desde Urano hasta Marte...

El silencio del astro es el que grita
Cuando el amor planetario les domina
El llanto de centellas se vomita...

Desde un año hasta amarte
O incluso más, siendo sinceros
Sin ti no fui vida, sin tu arte,
Tan solo pasto de los negros agujeros.


Michael von Unamoon.