domingo, 8 de mayo de 2011

Ya no tienes nombre, rostro, sonrisa ni palabra. Has pasado de fuego a ceniza, de pensamiento latente a recuerdo incandescente. Ya sabes. Eso que dicen de olvidar y cerrar los ojos y abrirlos para ver que no estás. Ya no recordarás su olor. Ni lo verás en los rostros de la gente. Todo eso que suena en las canciones pero que no me creo. Yo no me creo nada. No me creo que no vayas a aparecer por las noches, en las esquinas de mis sueños. Pero te reto a ver quién pasa más noches en vela, degollando segundos hasta que escuezan los ojos de no parpadear. Por si se te ocurre regresar.


enc.

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