miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ser poeta

Adoro escribir, leer, llorar la poesía. 
Es una sensacióntan genialmente única 
el saber que alguien sintió el verso 
que posees solamente tú entre tus manos, 
en esa precisa pizca de eternidad, 
con cierto olor a paso del tiempo 
pero tan válido como hace años... 
O una sencilla historia de amor, 
censurada por alguien que no consiguió ser amado 
y condenó por tan enorme desdicha 
a generaciones completas a no conocer 
lo bello de tal fuerza. 
Es algo tan parecido a ser dios... 
crear algo sobre papel con tus propias manos, 
pero que nace de mucho más adentro, 
de ese lugar en que duele cuando se acaba el amor, 
donde se ríe al ver la sonrisa de un amigo,
donde se llora de felicidad, 
donde todo se colapsa al sentir que algo no va bien, 
allí donde la perplejidad se abre paso
por creer que alguien desconocido 
pensaba en ti al escribir un poema, 
el único lugar en donde se puede 
ser libre por completo de cualquier cadena...
De ese lugar tan desconocido por algunos 
nace la más maravillosa obra de la creación, 
esa capaz de cambiar del odio al amor, 
de la indiferencia al llanto, 
capaz de llegar a todos los rincones del universo 
y de emocionar a todos los moradores de Gea.
Eso es lo que poca gente aprecia al leer un poema, 
y lo que mucha gente ni sospecha 
cuando se encuentra ante un montón de versos 
empalagosos y aburridos de un chalado poeta.

Flaca Beltenebra

Nocturno

Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Todo ha quedado allá, las botellas, el barco,
no sé si me querían, y si esperaban verme.
En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos,
una sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets.
Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad,
yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías.
Mi mujer sube y baja una pequeña escalera
como un capitán de navío que desconfía de las estrellas.
Hay una taza de leche, papeles, las once de la noche.
Afuera parece como si multitudes de caballos se acercaran
a la ventana que tengo a mi espalda.

Julio Cortázar

Kid chocolate

Falta tiempo

Un instante. Un solo instante y te quedas sin vida. Sin vida, sin ojos y sin sonrisa.
Un momento mientras parpadeas, mientras buscas en los renglones de los libros
algo que te vuelque el corazón, mientras caminas sin rumbo entre calles.
Procuras enquistar bajo tus costillas los latidos que se te escapan de la boca, que
te golpean los oídos y que provocan el temblor del suelo. Pero es sólo un
instante.
El tiempo infinito que se concentra en una mota de polvo, el haz de luz que tus
ojos reflejan contra el espejo del baño, la letra infinita que nunca acaba de
caerse de tus dedos cuando la pintas en los cristales llenos de vaho. Los adioses
que sobrevuelan los andenes, los silbidos del tren en marcha, la vibración de las
vías y el paso de un avión.
Nunca más y para siempre. Prométeme que no habrá más instantes, que los
puedes coser, atar a la cola del viento y anudarnos las muñecas con sus esposas
de ráfagas heladas. La ínfima linea que separa chocarnos o no, mirarnos de reojo,
coincidir en un bar. Encontrarte. Ese instante y millones más, basura y queroseno,
una cerilla y una hoguera, y que arda el fuego, que queme y que caliente, que se
haga humo el resto, el tiempo de sobra, las tardes de tedio, las miradas que ni
dicen nada, las palabras vacuas.
Un sólo instante. Uno sólo. El que separa dos países, una frontera, un corte en la
piel, hundido, que perfora una vena, una arteria, y adiós. El instante de una tarde
de domingo, rezumante de calor por las paredes, desbordante de monotonía y
voces de radio. Y los dados que tiran a cinco. Y ese instante.
Y a surcar los mares que no importa mi brújula o tu mapa. Astrolabio y labios.
Y que nos falta tiempo para llenar de instantes.

Enc

El sabor de un verso

El sabor de un verso es

a gusto del consumidor.

Es mi opinión.

Puede leer esto sentado,

tranquilo, y se le hará

dulce.

Porque es dulce, pero también amargo.

Porque le puedo contar esto

en una cita,

y será como gustar un café o una cerveza.

La amargura de lo dulce.

O ácido.

El limón es mi tinta preferida.

¿Alguna vez han probado un verso?

¿Alguna vez han probado un beso?

Me encantan.

Podría ponerles en la misma situación.

El verso amargo de la despedida.

El beso dulce de la poesía.


Pero para mí, esto es

insípido.

Es como el agua, necesaria.

Pero a la vez tiene sabor

y no sabría calificarlo.

¿Algo insípido y sabroso?

Exacto, y también efímero.

Como el humo.

Mastique con sus párpados,

atento lector,

y digiera con su mente.

Beba de mi agua y que fluya por su cuerpo.

Pero al final,

atento lector,

recuerde que es efímero,

y que siempre acabará rumbo al viento,

como el humo…


A.

lunes, 20 de diciembre de 2010

CONTRA LA LEY SINDE

Los miembros de este blog queremos manifestar nuestra repulsión contra la nueva ley Sinde. Con el objetivo de conseguir una economía sostenible en el ámbito del mercado cultural, el gobierno censura indirectamente al consumidor (que así nos ven cuando aprueban algo que tiene relación con el mercado) cerrando webs y métodos totalmente lícitos desde nuestro punto de vista. Existe una diferencia entre aquel que saca beneficio económico a costa de una idea ajena, poniendo como ejemplo el top manta, y aquel que intercambia ideas con el fin conocer al autor y satisfacer su cultura, sin sacar beneficio económico pero sí mediático para el autor. También destaco que para aprobar esta ley interviene un juez, pero... ¡Sólo actúa para ver si el procedimiento es correcto! Tendría que garantizar los derechos de los ciudadanos y tomar parte en el asunto legal. Además, no sé vosotros pero aquel que comparte música y que la escucha, es el mismo que está en el concierto, por poner un ejemplo.

Creemos en un internet libre, en un arte libre, en una adaptación de la cultura a los nuevos tiempos. A una poesía propiamente dicha de calle.


Aquí os dejo una web muy interesante con tres posturas a favor y tres en contra de la nueva ley. Tras escucharlas, sin duda la de Juan Valera, periodista y analista de medios me parece la más sensata para el usuario e internauta de a pie.






Don dinero y Doña paz

Si el dinero es caballero

¿porque no es doncella la paz?

sera porque tendrían que ir juntos

y siendo sincero,

se llevan mal.

Kid chocolate

Leónmansocomemierda

Todos los poetas muertos

Se clavan las uñas

En las manos

Y muerden el terciopelo

De sus ataúdes

Cada vez que me siento

En la mesa de la cocina

Ante un folio en blanco

Y afilo mi lápiz

Con el cuchillo

De cortar el pan.

León manso come mierda, Kutxi Romero.
A.

Soy...

Soy una mirada velada reseñando gotas en el espejo. Soy la encrucijada del
camino que prende rumbos dispares. Soy la dehesa bronceada por el astro,
combinada con el azul moteado de blanco, y el despeinar del trigal por el
arraigado viento.
El calado de la ola en el médano, después del tifón en el desierto, son mis ojos. La
pluma rayando el papel, cuando sangra nácar carmesí, son mis manos. El beso
tiznado de hulla y salazón, pero con sabor a menta, son mis labios. Son mis pies
los que muelen cantos en el sendero y levantan polvo al caminar. Son cuchillas
áureas y herrumbrosas, trenzadas en el trabazón mecánico del tiempo, las que
dan forma a mi corazón.
Es savia en el mechero, y hierbabuena en el vaso; son lágrimas en el mar y
relinchos en el silencio, lo que trota por mis venas.
Guarda el espantapájaros de tela en su celosía, tras sus huesos de leño, mi alma
enmohecida, para que solo la vean a través de rejas.
Son los verbos en pretérito los que se acuerdan de mis sueños, y el futuro
compuesto el que dicta próxima estación.
Cargado de amarguras desfila el tren a medianoche, y pierde humo en cada
curva como pierde estaños la montaña.
Años son las huellas clavadas en el fango, al igual que las flores robadas de los
árboles. Años son, gentes y fantasmas, y pesadillas por las noches. Años son
caladas. Y desesperos.
Mis operaciones aritméticas nunca dan exactas, pues perdí el número que iba
después del trigesimonoveno gracias.
Y es que soy, como digo, el edén bonancible tras cada ladrillo; y la sonrisa
trastabillada en la cárcel del olvido.

Enc

Cuando ni el verso alivia...

Cuando ni el verso alivia,
caigo presa de la fiebre de mi insomnio y del alcohol.
Y otras drogas no tan blandas.
Cuando ni escribir me calma
invoco a Damballa y le ofrezco mi alma.
Escupo al Karma.
Y como un muerto viviente,
me tambaleo sobre una pierna
frente al espejo de cualquier bareto de mierda.
Se oferta amor en el periódico,
y en mi cartera solo hay saldo
para sustancias sado cuando salgo.
De esas que atormentan a diario
a este pobre estrafalario
intento de poeta noctámbulo de barrio.
Lo que el viento se llevó resultó demasiado
y me veo solo y rodeado de miserias
bajo las sábanas de mi cama.
Cuando la noche me atrapa me hundo en el fango
y copa tras copa
me olvido de vivir y me centro en el Grim Fandango.
Bajo al Mitlán justo antes de dormir
y me devoran los mismos demonios
que a ti no te dejan huir de mis entrañas.
Las arañas tejen para atrapar mis recuerdos
como abejorros,
y si olvido no es porque quiera, es por culpa de los porros.
¿Y qué hacer ni cuando el verso alivia?
Cuando las musas se marchan a explotar otra máscara
y otra ilusión más tibia...

S.B

Adiós a la soledad

Yo prosigo alejándome; y otra voz parecida:
-¿De quién huyes?...-Me dice con rencor.-De la vida-.
-¿Qué pretendes?...-¡La muerte!-.
-¿Quién te llama?...-¡La tumba!-.

Por eso huyo del mundo: me fatiga y me ahoga . ¡Paradlo! Sólo soy un escarabajo,
cual Gregorio Samsa, soy la voz raída de la experiencia cuyas cuerdas vocales
carcomidas ya solo encuentran alivio en los suspiros de las noches, cuando la
soledad rompe con las navajas del silencio por todas mis arrugas caídas,
decrepitas y cansadas, sufridas del ruido de las luces de vuestros coches, de
vuestros oídos atentos a alguna llamada para vuestros móviles, por esa
incomprensión en auge por camino de caminante incierto. ¡No me importa! He
perdido eficacia con los años en esto de llevar enchufados los sentidos, hace
tiempo que mi lengua ha desconectado de los sabores, ahora la comida sólo me
estimula lo amargo, el ácido que me golpea en las entrañas y zozobra por una
cáscara vacía ya de sentimientos. Este espíritu quiere salir y encontrar la paz
fuera de estas piernas rotas, de estas manos de plomo que tanto me cuestan
levantar. ¡Arrancadme esta espiga que tengo en el pecho!, trozo morado de
carne latente de sangre fermentada, atrancada y echada a perder. Quemadme
estas pupilas que ya no pueden llorar, que lo intentan y lo intentan pero ya no
fabrican lágrimas de escozor en estos ojos borrosos que apenas os pueden mirar.
¡Dejadme ya!, matadme este enero con los reyes magos, con los besos
complacientes de mis nietos cuando ven a esta pobre anciana que tanto les
añorará desde su tumba. Por siempre. Hasta que ellos tengan que decir lo mismo:
-Adiós a la soledad-.

Herida

jueves, 16 de diciembre de 2010

Peter punk

Peter Punk es el amor y Campanilla su princesa
en el cielo están buscando el secreto de la nada
todos los Niños Extraviados.
Peter Punk es el amor y Campanilla su princesa
Garfio busca en vano el secreto de su mano
y Campanilla llora al pie del Árbol Extraviado
adónde las sirenas y adónde los enanos
Peter Punk intenta en vano su amor explicar,
en una playa desierta Campanilla lo dejó.

Leopoldo María Panero

Sick Boy

domingo, 12 de diciembre de 2010

Rápido, que no efímero

Cazador de rápidas miradas
pérdidas en la melancolía
del tiempo transitorio
infravalorado.
Desde paradas de autobús
las veo
en su cálido refugio,
al cobijo
de este umbral de diciembre
que sorprende a muchos.
Pasan como pasa el tiempo.

A.

Imag: Dan Witz

Ariane

Ariane nunca se había dejado enamorar. Claude Chavasse sabía esto porque se
lo prohibió. Ella siempre iba protegida por lo que denominaba “El ente de la
fascinación”. No se podría asegurar que fuera feliz, ni tampoco desdichada. Tras
su delicada y garbosa pose, Ariane era sencillamente ingenua. Una cualidad un
tanto venenosa para todo aquel que se proponía engatusarla.
Claude Chavasse era viudo. En verdad, él llevaba mucho mejor lo de ser
detective. Ariane sabía que nunca se liberaría del amor que le tuvo a su madre.
El noventa por ciento de los clientes que solicitaban los servicios de Claude
eran personas que dudaban de la fidelidad de su pareja. Las sospechas a ese
respecto siempre eran favorables. A Ariane le encantaba fisgonear en los
registros de aquellos casos. Le habían llamado la atención los de un tal Frank
Flannagan. Todos los años viajaba a París por las mismas fechas. Y todos los años
un matrimonio se rompía por esta causa. ¿Qué clase de amante sería aquel
hombre que impulsaba tanto el negocio de tu padre? Desde luego no podía
tener muchos escrúpulos. Claude siempre contestaba lo mismo cuando Ariane le
preguntaba sobre él. -¡Ese Don Juan terminará pagando por el dolor que hace!
Dios es justo, pequeña-.
La vida de Ariane Chavasse cambió la misma tarde en la que Elouan Cecereu se
acercó al despacho de Claude y se deshizo en un llanto descomunal cuando vio
las fotos de Frank Flannagan con su mujer. Perdió estribos y toda cordura. Se
levantó golpeándolo todo.- ¡Que lo mato!¡Que lo mato!-.Gritaba.-¡Que juro lo
mato!-. Claude estaba sentado y ni se inmutó. Catástrofes de la rutina.
-Tranquilícese, hombre-. Le dijo.- ¿Que me tranquilice? ¡Es la segunda mujer que
me quita ese desalmado! Y te digo yo que será la última-. Ariane estaba en el
pasillo escuchando aquello, desde la cerradura de la puerta. Y no habría ido al
Ritz por la noche a prevenir del atentado a Flannagan si no hubiera visto a Elouan
salir del despacho con una pistola. Ni habría ido, ni se habría dejado engatusar
por su elegancia.


Las musas en los clásicos del cine: "Ariane" (1957) BILLY WILDER


Herida


Tus caderas mis cadenas

Los pájaros del otoño vinieron cargados de certeza y se fueron rotos por el miedo. Respiro hielo y si soy sincero no es falta de fuerza es… ¿para qué salir del agujero? Tus caderas mis cadenas. Me hundo en el océano de promesas que me ofrecen tus pupilas dilatadas y me ahogo cuando las destrozas al abrir la boca. No hay salvavidas posible ni material impermeable lo suficientemente resistente para impedir que una tras otra caiga en todas tus artimañas. Cuento musarañas. El frío no se va porque no tengo suficiente dinero como para comprar calor. Poesía en polvo lejos del esplendor y del movimiento de la masa tronando al lao de un cajón en mitad de un parque. Algo de droga blanda no tan blanda prometiendo calma no tan calma en los bolsillos de mis pantalones más grandes y algo de sueños aún por destrozar penden de los tirantes de tu sujetador. Nosotros dos no somos dos, somos gigantes. Lucha de titanes en primera fila. Entradas desde la barriada, nos arrastramos de banco en banco. No he dormido cómodo desde que no me reflejo en tu sonrisa. Tus caderas mis cadenas. Quiero que nos miren incómodos al pasar y que el desvarío etílico sostenido de mi cabeza se esfume. Quiero que dejes de aparecer entre los putos fideos de mi sopa.


S.B


Imag: Irvine Alley 2009



MÁS VALE PAJARO EN MANO



De cientos pájaros que me atropellaron
uno se me quedó en la palma
y ni corto ni perezoso
me picó con saña.
Y yo que furioso
lo agarré y blandí varias veces
me sorprendí al ver
que no había cicatríz ni herida
que habia sido un beso
y yo con mi ruido
que ahora mi pájaro
herido está
a culpa de mis pocas nueces.



Kid chocolate


Corazón coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.


Mario Benedetti


Enc.


martes, 30 de noviembre de 2010

MANIFIESTO

La calle nuestro papel, nuestra tinta y nuestra musa. Numen. El deseo de caminar poesía, de respirar arte, de leer las esquinas. Se deshojan los libros como árboles en otoño, sembrando de luz los parques, los bancos y las avenidas. El arte es callejero y vive como tal, en los muros de las casas, en las palabras anónimas, sin editoriales, sin tapas duras y sin cuadernos. La poesía vuela, de mano en mano, y a veces se posa en un cruce de miradas, en un semáforo en rojo, o en un cambio de sentido. Nosotros no somos más que mensajeros de unas palabras que no quieren más que dormir caliente una noche, acunadas por un choque casual, mientras volvías del trabajo, mientras corres tras el autobús, mientras paseas. Mientras dejas que la ciudad te lea un poema.
Nuestro objetivo, básicamente, es poetizar, la acción poética. ¿Qué trascendencia pueden tener palabras huérfanas, abandonadas en libretas y computadoras, encerradas? Nosotros las vamos a liberar, para que él, ella, ése y aquel puedan leerlas. Plantar versos, abonar calles y parques, plazas y portales, sembrar raíces en lo cotidiano y sacar de ese estado de apartheid a la poesía, que no es ni para bohemios ni para entendidos. Queremos poner las letras en el día a día, para que todo el mundo pueda leerlas de paso, y no puedan decir que no las vieron. Fíjate cuando camines por la ciudad, reconoce nuestra huella. Empecemos a resolver un poco esta sopa de letras que es la ciudad.
Pesquemos un poco de este sin sentido del que rezuma la urbe y convirtámoslo en algo bello que recordar entre sonrisas y humo y cenizas. Y si opinas que esta patraña para soñadores no es apropiada para estos tiempos de idas y venidas y miradas furtivas al reloj, al menos inténtalo. Recoge a uno de mis hermanos de papel y llévalo contigo muy cerca del corazón. Y una vez en casa solo léelo. Si no cambias de parecer puedes regalárselo al vecino o dejarlo en la fotocopiadora en el trabajo o en la parada del autobús. Pero recuerda que matar poesía en lugar de difundirla es lo peor que un hombre puede hacerle a su prójimo.
Pronto la ciudad amanecerá empapelada de sueños.