miércoles, 29 de diciembre de 2010

El sabor de un verso

El sabor de un verso es

a gusto del consumidor.

Es mi opinión.

Puede leer esto sentado,

tranquilo, y se le hará

dulce.

Porque es dulce, pero también amargo.

Porque le puedo contar esto

en una cita,

y será como gustar un café o una cerveza.

La amargura de lo dulce.

O ácido.

El limón es mi tinta preferida.

¿Alguna vez han probado un verso?

¿Alguna vez han probado un beso?

Me encantan.

Podría ponerles en la misma situación.

El verso amargo de la despedida.

El beso dulce de la poesía.


Pero para mí, esto es

insípido.

Es como el agua, necesaria.

Pero a la vez tiene sabor

y no sabría calificarlo.

¿Algo insípido y sabroso?

Exacto, y también efímero.

Como el humo.

Mastique con sus párpados,

atento lector,

y digiera con su mente.

Beba de mi agua y que fluya por su cuerpo.

Pero al final,

atento lector,

recuerde que es efímero,

y que siempre acabará rumbo al viento,

como el humo…


A.

1 comentario:

  1. Lo mejor del verso es que, como dices, su sabor es a gusto del consumidor. Me gusta, y mucho!

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