miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ser poeta

Adoro escribir, leer, llorar la poesía. 
Es una sensacióntan genialmente única 
el saber que alguien sintió el verso 
que posees solamente tú entre tus manos, 
en esa precisa pizca de eternidad, 
con cierto olor a paso del tiempo 
pero tan válido como hace años... 
O una sencilla historia de amor, 
censurada por alguien que no consiguió ser amado 
y condenó por tan enorme desdicha 
a generaciones completas a no conocer 
lo bello de tal fuerza. 
Es algo tan parecido a ser dios... 
crear algo sobre papel con tus propias manos, 
pero que nace de mucho más adentro, 
de ese lugar en que duele cuando se acaba el amor, 
donde se ríe al ver la sonrisa de un amigo,
donde se llora de felicidad, 
donde todo se colapsa al sentir que algo no va bien, 
allí donde la perplejidad se abre paso
por creer que alguien desconocido 
pensaba en ti al escribir un poema, 
el único lugar en donde se puede 
ser libre por completo de cualquier cadena...
De ese lugar tan desconocido por algunos 
nace la más maravillosa obra de la creación, 
esa capaz de cambiar del odio al amor, 
de la indiferencia al llanto, 
capaz de llegar a todos los rincones del universo 
y de emocionar a todos los moradores de Gea.
Eso es lo que poca gente aprecia al leer un poema, 
y lo que mucha gente ni sospecha 
cuando se encuentra ante un montón de versos 
empalagosos y aburridos de un chalado poeta.

Flaca Beltenebra

2 comentarios:

  1. Gigante. Me encanta como describe de dónde nace la inspiración

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  2. Me alegro de que compartan mi opinión sobre ese lugar :)

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